El exsenador nacional Esteban Bullrich participó este domingo de las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires y volvió a ser protagonista de la escena política. Como en cada jornada electoral, Bullrich votó en Junín.
Pese a las dificultades que le impone la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), celebró en redes sociales con una frase que recorrió todo el arco político: “¡Qué lindo es votar!”.
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Un gesto cargado de simbolismo
Bullrich, que se comunica mediante un sistema tecnológico, concurrió a su centro de votación y compartió la alegría de ejercer su derecho junto a millones de bonaerenses. Su mensaje despertó una ola de apoyo y afecto, destacando su compromiso cívico en un contexto personal de extrema adversidad.
El exministro de Educación convive con una enfermedad neurodegenerativa que afecta su movilidad y comunicación. Aun así, su presencia en las urnas reforzó la idea de que el voto trasciende las dificultades individuales y se transforma en símbolo de perseverancia democrática.
El trasfondo político en el PRO
El gesto de Bullrich se suma a un pronunciamiento que realizó semanas atrás, cuando rechazó el acuerdo electoral entre el PRO y La Libertad Avanza, liderada por Javier Milei. “El PRO que fundamos hace más de veinte años está vivo en algún lugar, pero LLA no lo representa”, sostuvo entonces.
En ese comunicado, marcó diferencias con la actual conducción: “No habríamos propuesto a Lijo para la Corte. No insultábamos opositores. No insultábamos periodistas. No insultábamos a los que pensaban diferente. Creíamos en un Estado inteligente que invertía en educación como garantía de un futuro mejor”.
En el marco de una elección que renueva 46 bancas de diputados y 23 de senadores en la Legislatura bonaerense, además de concejales y consejeros escolares en cada distrito, Bullrich quedó en el centro de una doble escena: la del ejercicio democrático en primera persona y la del debate interno sobre el rumbo político del PRO.
Edición Noroeste 
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