Edición Noroeste

En pleno centro de Junín, todos los locales comerciales están ocupados. Según un relevamiento de Edición Noroeste, los 150 locales de Roque Sáenz Peña y los 88 de calle Rivadavia se encuentran alquilados y en funcionamiento. Sin embargo, detrás de esa postal sin vidrieras cerradas, se esconde una realidad compleja: los comerciantes enfrentan un contexto económico adverso y cada día cuesta más sostenerse.

“Que no haya locales vacíos no significa que la situación comercial sea buena”, advirtió Marianela Mucciolo, presidenta de la Sociedad Comercio e Industria de Junín (SCIJ), en diálogo con Edición Noroeste. Según explicó, el último relevamiento de la entidad muestra que “el 40% de los comercios vendieron menos que el año pasado, y que el 97% afirma que sus costos fijos aumentaron”.

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Para Mucciolo, la situación actual expresa más una necesidad de subsistencia que un signo de crecimiento económico: “Hoy el comercio resiste. Sostenerse es difícil, y el consumo sigue siendo lento. Pero aun así, hay una enorme apuesta de parte de los comerciantes: a su ciudad, a sus emprendimientos, a sus sueños”.

La ocupación plena de los espacios no puede leerse, advierte, como un indicador automático de prosperidad: “La ocupación de los locales no refleja necesariamente una situación próspera. Muchas veces habla más de la necesidad de trabajar que de una verdadera oportunidad de crecimiento para las pymes”.

Pese a la incertidumbre, el espíritu emprendedor sigue vigente. “El comerciante que lleva años en pie hace lo imposible por mantenerse, y el que recién comienza apuesta con entusiasmo a pesar de un panorama incierto”, destacó la titular de SCIJ.

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Así, el centro de Junín luce activo, sin persianas bajas ni carteles de “se alquila”, pero la vitalidad comercial convive con una tensión permanente entre costos, consumo y expectativas.