Un video captado por el reportero gráfico de Junín Miguel Zara documenta con precisión el fenómeno que transformó el paisaje de la Laguna de Gómez, en Junín, tras cuatro largos años de sequía y complicaciones para las actividades y el turismo en el espejo de agua.
Como publicó Edición Noroeste, el nivel de la laguna no solo se recuperó, sino que superó el nivel del vertedero, y empezó a escurrir hacia el canal que la conecta con El Carpincho, otro reservorio clave en la zona.
El Club Náutico volvió a tener vida
Uno de los grandes beneficiados fue el Club Náutico Junín. Hasta hace pocos meses, los canales estaban secos o intransitables. Hoy vuelven a ser navegables. Kayaks, veleros y motos de agua ya surcan las aguas otra vez, y no solo desde el club: hay movimiento también en otros sectores de la costa.
La vuelta de estas actividades tiene un impacto directo en la economía local. Comerciantes, emprendedores del sector turístico y gastronómico, y prestadores de servicios acuáticos empiezan a ver movimiento después de años muy difíciles.
Lluvias clave para la recuperación
El resurgimiento de la Laguna de Gómez no fue casual. Entre febrero y marzo llovieron más de 350 milímetros, una cifra que representa aproximadamente un tercio de lo que suele llover en todo un año. Este caudal fue determinante para que el agua avanzara más de 400 metros y cubriera sectores que estaban completamente secos, como el espigón y varios embarcaderos.
También se nota en otras lagunas del partido, como Mar Chiquita, que atraviesa un proceso similar. Las compuertas del vertedero de Gómez siguen cerradas, pero el agua ya las sobrepasó.
Más de dos millones de pejerreyes para recuperar la fauna
La recuperación no solo fue hídrica. Desde la Estación Hidrobiológica de Junín informaron que se sembraron más de dos millones de huevos y alevines en las tres lagunas del partido. El objetivo es recuperar la población de pejerreyes, una de las especies más buscadas por los pescadores deportivos.
“La Laguna está viva de nuevo, y eso genera esperanza”, dijeron desde el área de Medio Ambiente.
Una postal que había dejado de existir
La sequía comenzó en diciembre de 2020. Fue la más dura de la historia para la región y afectó a toda la cuenca del río Salado. El impacto fue enorme: no solo golpeó al agro, también dejó fuera de juego a la Laguna de Gómez, ícono natural y cultural de Junín.
Durante meses, el espejo estuvo seco. Solo se veían grietas, sedimentos, y restos de embarcaciones varadas. Pero hoy la imagen es otra: el agua volvió, el paisaje cambió y la esperanza renació.
Lo que viene
La recuperación no está completa, pero va por buen camino. Si las lluvias continúan y se mantiene el nivel del caudal, la Laguna de Gómez puede volver a ser ese gran motor turístico que fue durante décadas.
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El regreso de los deportes acuáticos, la pesca, el turismo y la vida alrededor del agua ya es un hecho. Y para Junín, eso significa mucho más que una buena noticia: es una señal de que lo peor, tal vez, ya pasó.
Edición Noroeste 
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