Juan Manuel Sequeira, exconcejal y referente de Junín Bicentenario, afirmó en una entrevista, a fondo, con Edición Noroeste que el cambio era necesario, pero abogó por una mirada más humana y social en el rumbo de la economía, al tiempo que reclamó un mayor compromiso al intendente Pablo Petrecca en relación a los problemas que afrontan muchos vecinos, como consecuencia del «brutal ajuste» que lleva adelante el Gobierno nacional.
-¿Qué opina del rumbo del Gobierno nacional? ¿Cree que se va a ordenar la economía?
-Creo que los cambios de gestión vienen cargados con la esperanza de vivir mejor, con mayor tranquilidad, pero, definitivamente, nada, ni de la macro economía, ni de la micro, demuestra eso. Todo empeora día a día. Y eso es terrible para una política y una democracia que no logran dar respuestas a las demandas actuales. Entonces, o nos quedamos en lo procedimental y discursivo, o vamos al fondo, ¿por qué no se discute en la Argentina la riqueza? ¿No nos damos cuenta de que con las decisiones políticas y económicas de Caputo y Milei hay un grupo muy pequeño que se está haciendo aún más millonario y las grandes mayorías, jubilados, pymes, empleados, emprendedores, cada vez son más pobres?
-Pero la gente votó un cambio.
-Definitivamente, había que corregir el rumbo de la economía, uno puede hacer toda la autocrítica necesaria, pero hay que preguntarse y no resignarse: ¿Tiene que ser con este desmesurado e inequitativo ajuste, derrumbando el consumo popular, el empleo y la economía productiva? Como verás, todo lo digo en forma de pregunta porque no es momento de verdades reveladas; es tiempo de cuestionarlo todo, de encontrar nuevas respuestas, más humanas, más solidarias, más inclusivas, para poder vivir bien, que en definitiva es lo que más anhelamos los argentinos. Hay una forma más equitativa de llevar adelante las cosas que hay que hacer.
-¿Cómo ve la gestión municipal?
Por un lado, como juninense, y en un año no electoral, me gustaría ver al Intendente defender nuestros intereses como ciudad, con todos sus esfuerzos. Es decir, llevar el reclamo de nuestros vecinos, que cada vez son más perjudicados por los precios de los alquileres, los servicios, la caída del poder adquisitivo, la baja de las ventas, la falta de obra pública. Esto a nivel nacional, pero también a nivel provincial, sentir que prima, por intereses partidarios, la chicana constante con el gobernador Axel Kicillof, cuando ha sido un ejemplo en la forma en que distribuyó ingresos por municipio, me parece un despropósito. Hay que gestionar con la provincia y defender la parte de coparticipación que nos corresponde.
-Es una administración ordenada la del municipio, pero ¿faltan ideas?
-Siempre lo dije, los municipios pueden tener una administración más o menos prolija, pero también pueden ir por más, se pueden proyectar liderazgos que gestionen para tener una ciudad inteligente, moderna, atractiva y eso se hace poniendo en valor y potenciando todo lo que hay. Para eso hay que impulsar políticas públicas con un sentido de ciudad, con una mirada estratégica, participativa, plural, en eso no termino de ver una idea clara. Las ciudades intermedias de todo el mundo se proponen trabajar para contrarrestar la segregación social y geográfica, es decir, afrontan el desafío de no quedar presas de una ciudad mosaico, fragmentada, situación que crea injusticias, violencias, invisibilización de problemáticas. Es una temática que debemos encarar, contar con el apoyo de las usinas de pensamiento que tenemos, como la Unnoba, los profesorados, los colegios profesionales, cámaras, organizaciones y actores de la sociedad civil, para no perder lo mejor que tenemos, que es el sentido de comunidad e identidad compartida como juninenses.
-El mileísmo apunta muchas veces sus dardos al socialismo, cuestiona el rol del estado y de la cosa pública.
-Hay que decir que el sistema económico del capitalismo financiero actual y su correlato cultural e ideológico, que es el pensamiento neoliberal, nos ponen como humanidad al borde del colapso permanentemente, con crisis, pobreza, problemas de salud mental, violencias extremas, extractivismo de la naturaleza irrestricto, calentamiento global y niveles de desigualdad intolerables. Se habla livianamente como si este no fuera el sistema que nos gobernó hasta ahora, y sí, lo es, más o menos moderado por intervenciones estatales, por nuevos derechos adquiridos y avances para su humanización. Entonces tenemos que agarrar nuestras tradiciones políticas y sus principios ideológicos y ponerlas en perspectiva de las demandas y necesidades de la sociedad hoy.
-El escritor Martín Kohan acaba de definir la actualidad como la “era de la crueldad”. De hecho, vemos a personas que celebran los despidos en el Estado.
-No podemos resignar nuestra mirada humana de la vida en sociedad, nuestra idea de vivir bien, con libertad, con oportunidades, con un sentido de progreso. Y de eso tratan los valores que, desde el socialismo democrático, promovemos: solidaridad, igualdad y nuevas formas de organizarnos, más justas. No podemos vivir enojados con las nuevas realidades culturales y sociales, sino que hay que plantarles cara y proponer alternativas superadoras. Creo que el rol del Estado debe ser repensado también, diría reorganizado, pero hay cosas que nos aseguran un piso mínimo de igualdad de oportunidades que son innegociables, como la salud pública, educación pública, obra pública, derechos laborales, humanos, sociales, por ejemplo. Bueno ahí como sociedad tenemos un rol, y desde nuestro lugar estamos proponiendo darle más fuerza a un espacio público no estatal, sino ciudadano, de control de las políticas públicas, de impulso a la organización de redes de gestión social, cooperativa, que para nosotros es central como herramienta de contención a formas de gobierno autoritarias, para evitar la corrupción, para poner a la democracia y sus instituciones al servicio de la sociedad y no de las élites.
-¿Cuál cree que tiene que ser el rol de UxP en este contexto?
-Un rol de oposición política con mucha responsabilidad institucional, con mucho criterio. Desde ya, que al ser un frente con agrupaciones distintas tiene un enorme desafío de organizarse institucionalmente, que no ha sido saldado, lo que trae los problemas que vimos en estos años. De todos modos, hay que dejar de mirar para arriba y ponerse a mirar a los costados, reorganizar la esperanza y construir una alternativa creíble para la sociedad con un proyecto concreto y plural. Estar alertas para sumarse en la defensa de todos los derechos que estamos perdiendo como sociedad y que no se siga corriendo la vara de lo tolerable en la Argentina. Todo esto con un sentido de futuro, con respuestas acordes a los problemas complejos que nos atraviesan. Personalmente nosotros desde la Casa del Pueblo y Junín Bicentenario vamos a reagruparnos en torno de los valores e ideas que siempre defendimos como socialistas y que muchas veces son desdibujadas por el ánimo frentista, esto lo decimos como autocrítica. Lo mejor que podemos aportar a la política en este momento es nuestro programa de fortalecimiento del municipalismo, el vecinalismo, la democracia participativa, la gestión social y cooperativa, la educación y salud pública de calidad, nuestra idea de trabajar para vivir y no vivir para trabajar, la defensa de la libertad y la lucha permanente por dejar de ser un país tan desigual. Todo esto se tiene que transformar en un programa de gobierno, en reforma de leyes, en propuestas programáticas, en cambios institucionales, sin dudas y sin miedos y ese es nuestro desafío, escuchar, escuchar y escuchar para dar respuestas a las necesidades del hoy con un criterio más igualitario.






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