El juninense Nicolás Rodríguez Esturo, de 37 años, volvió en 2025 al tenis profesional argentino tras haber dejado la actividad hace diez años por un diagnóstico de esclerosis múltiple.

Logró llegar a la final del Pro Tour Etapa 15 del Circuito Profesional Nacional, luego de disputar ocho partidos en seis días, en una actuación que generó impacto dentro y fuera del deporte.

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Una historia de esfuerzo y superación que emociona. (Foto: Facebook/Nicolás Rodriguez Esturo).

El golpe que frenó una carrera y marcó a Junín

Rodríguez Esturo era una de las proyecciones del tenis local cuando su carrera se detuvo de manera abrupta. “Yo me alejé del tenis no por decisión propia sino por una cuestión de salud, en uno de mis mejores momentos, con puntos ATP y ganando torneos profesionales”, recordó en diálogo con el periodista Agustín Panizza de El Diario del Lunes. Los síntomas fueron inmediatos y contundentes: “Empecé a dejar de ver de un ojo, a sentir electricidad en el cuerpo y a dejar de ver la pelota”.

Tras una serie de estudios médicos llegó el diagnóstico de esclerosis múltiple. “Tuve que colgar la raqueta por fuerza mayor. Fue un duelo muy fuerte”, explicó. Para Junín, significó perder a un deportista que estaba a punto de dar el salto internacional.

Otra vida, otro tenis y un regreso que inspira

Lejos de las canchas, junto a su pareja decidió cambiar radicalmente su estilo de vida, bajar el nivel de exigencia y priorizar la salud. “Sentí que tenía que cambiar de vida. No le echo la culpa al tenis, sino a cómo me lo tomaba”, sostuvo. Incluso dejó la medicación porque “no me hacía bien, tenía efectos colaterales”, y apostó por una rutina más sana y sin estrés.

Con el tiempo, los controles médicos arrojaron un resultado inesperado: “Me encontré con que ya no había más enfermedad. Es muy loco porque la esclerosis múltiple no tiene cura”. Ese punto de inflexión lo llevó a saldar una cuenta pendiente: volver al tenis, esta vez desde otro lugar.

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En 2024 retomó los entrenamientos y en 2025 concretó un regreso que sorprendió al circuito. Sin puntos y desde la clasificación, llegó a la final del Pro Tour: “Mucho enfoque y presente absoluto. No gastar energía en pensar en el futuro me mantuvo en foco”, explicó. Aunque el desgaste se hizo sentir en el partido decisivo, el balance fue claro: “Solo se puede vivir desde el agradecimiento”.

Hoy, ya entre los 100 mejores jugadores del país, Rodríguez Esturo proyecta lo que viene sin presiones: “La idea es meterle full dedicación y volver a meterme en el ranking ATP”. Desde Junín, su historia trasciende el deporte y se convierte en un relato de superación que conecta con miles de lectores: perderlo todo, reconstruirse y volver.

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