El dirigente rural de Junín Gustavo Frederking explicó a Edición Noroeste cómo evoluciona la situación hídrica, qué zonas están comprometidas, quiénes son los productores en emergencia, por qué se generaron los anegamientos y qué proyecciones maneja el sector para la próxima cosecha.

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Gustavo Frederking, de Carbap, cuestionó la prórroga de una norma que encarece los créditos al campo.
El productor y dirigente rural de Junín Gustavo Frederking (Foto: EN).

Laplacette y Blandengues, los puntos más comprometidos

Frederking indicó que, aunque Junín no está en una situación de inundación, el panorama es dispar. Señaló que hay dos áreas declaradas en emergencia —Laplacette y Blandengues— y remarcó que Laplacette es la más complicada, donde se concentran los productores en estado de desastre.

En esos campos, explicó, zonas que en condiciones normales son sembrables quedaron bajo agua, en parte por el comportamiento de la Mar Chiquita, que opera bajo su protocolo habitual.

También comparó la situación con otros distritos como Nueve de Julio, Bolívar y Carlos Casares, donde el escenario es más grave, por lo que consideró que Junín “está bien” dentro de la región.

Napa alta, lluvias y expectativas por un récord triguero

El dirigente destacó que la napa alta dejó de ser un problema y pasó a ser un factor positivo tras la “sequía extrema” que había deprimido los perfiles. Recordó que los cultivos dependen de “la lluvia y la napa”, y que durante la sequía la falta de esta última complicó aún más el rendimiento.

Pese a los inconvenientes localizados, el campo espera una cosecha de trigo récord, estimada entre 22 y 23 millones de toneladas a nivel nacional. Esa perspectiva también alcanza a Junín, donde —según dijo— el panorama general es favorable, con dificultades focalizadas en zonas puntuales.

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