Sin histrionismo, pero con elegancia y contundencia, Virus cautivó este sábado a la noche al público de Junín y la región en el escenario del Teatro San Carlos.
Marcelo Moura, cantante y frontman del grupo (hermano menor de Federico Moura), no necesitó hacer un solo gesto demás para convencer desde el primer minuto, cuando se abrió el telón rojo del renovado espacio juninense y sonaron los primeros acordes de versión renovada de Hombre Plástico (Wadu-Wadu, 1981).
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En la batería, sofisticado y, a la vez, muy solvente en la base rítmica, el histórico Mario Serra se lució con sus arreglos de platos y repiqueteos de tambores, en una conjugación exquisita de silencios y golpes con precisión de relojería suiza. Un verdadero lujo, que hasta contó con un solo de batería promediando el concierto.
El primer pico de la noche llegó con el ritmo sensual de Sin Disfraz (Locura) y siguieron Soy Moderno, no fumo, Dicha Feliz, Mi Garage, El Probador, y una de las sorpresas de la velada: la aceleradísima Se Zarpó (Recrudece, 1982).
No faltó Imágenes Paganas y, sobre el final, Pronta Entrega, Wadu Wadu y Carolina.
Virus sigue siendo un grupo cuya relevancia hay que analizarla al lado de los grandes popes de la new wave, no solo hispanoamericanos, sino internacionales, de Bowie a los Furs, de Duran Duran a Devo, The Smiths, The Cure. Canciones sin fecha de vencimiento, en suma.
Una de las bandas más influyentes del rock argentino
Virus fue una de las bandas más influyentes del rock argentino de los años 80, formada en La Plata en 1979 por los hermanos Moura —Federico, Julio y Marcelo— junto a Ricardo Serra, Enrique Mugetti, Mario Serra y Daniel Sbarra.
Su estilo combinó new wave, pop y sofisticación estética, diferenciándose del rock político de la época con una propuesta más lúdica, sensual e irónica.
Debutaron con Wadu Wadu (1981), un disco rupturista que anticipó el sonido moderno de la década. Con Recrudece y Agujero interior consolidaron su identidad, mientras que Relax y Locura (1985) los llevaron al éxito masivo gracias a hits como “Pronta entrega” y “Una luna de miel en la mano”.
Federico Moura, líder carismático y figura icónica del under y la modernidad ochentosa, murió en 1988 a causa del VIH. Virus continúa vigente y su legado quedó como símbolo de vanguardia, libertad artística y renovación del pop argentino.






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