El ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Javier Alonso, aseguró este lunes que el triple femicidio de Florencio Varela fue un hecho planificado para encubrir a los responsables.
Los crímenes de Morena Verdi, Brenda Del Castillo y Lara Gutiérrez ocurrieron el fin de semana, hay siete detenidos y la investigación se centra en el presunto líder de la banda, Tony Janzen Valverde Victoriano, alias “Pequeño J”.
Una investigación que busca a los máximos responsables
Alonso explicó que la causa se sostiene en inteligencia criminal, cruces de antenas de telefonía y cámaras de seguridad, elementos que permitieron ubicar a los sospechosos en el momento y lugar del crimen. También adelantó que los resultados de las autopsias serán claves para establecer la responsabilidad de cada imputado.
El ministro remarcó que “todo estuvo organizado para garantizar la impunidad del asesinato, para que quedaran como desaparecidas” y confirmó que los atacantes incluso filmaron y transmitieron el hecho como una forma de mostrar poder, algo que se replica en prácticas narco en países como México y Perú.
El rol de “Pequeño J” y el uso del miedo como control
La investigación apunta al presunto líder de origen peruano, conocido como “Pequeño J”, cuyo nombre real es Tony Janzen Valverde Victoriano. Según Alonso, se difundieron su rostro y su DNI para evitar que los cómplices lo protejan y se despegue del hecho delictivo.
Además, el funcionario reveló que testigos y detenidos declararon haber visto el video del crimen en un contexto de amenaza. “Estamos frente a una organización que hacía del temor y el pánico un modus operandi para tener subordinación”, afirmó.
Alonso destacó la rápida actuación policial, que permitió ubicar los cuerpos y evitar que la banda concretara su plan de ocultamiento. El caso, dijo, expone la violencia narco en su máxima crueldad.






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