Junín, un polo comercial de la región, atraviesa hoy una crisis silenciosa pero profunda. Las vidrieras que solían exhibir prendas de temporada comienzan a verse saturadas con carteles de descuentos que anticipan liquidaciones drásticas.

Esta situación no responde a un fenómeno aislado sino a una combinación compleja de factores que incluyen la expansión del comercio electrónico internacional, la caída del poder adquisitivo de los asalariados y una estructura impositiva que castiga al comercio local.

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Se desplomaron las ventas en el comercio juninense. (Foto: EN).
Se desplomaron las ventas en el comercio juninense. (Foto: EN).

El impacto del comercio electrónico internacional es palpable y concreto: plataformas como Shein y Temu desplazan ventas que hasta hace pocos años estaban destinadas a negocios físicos y pymes de la región. En Junín, los comerciantes del rubro indumentaria, calzado y accesorios luchan por mantener su actividad, adoptando estrategias que antes se limitaban a épocas de remate pero que hoy se extienden durante todo el año.

Ofertas adelantadas, promociones agresivas y un consumo a la baja

Los precios que ofrecen estas plataformas son un golpe directo para el comercio local: prendas que llegan desde China con valores que oscilan entre los 5.000 y 8.000 pesos hacen difícil competir en un contexto donde el consumidor está cada vez más ajustado. La calidad, que suele ser variable en estas importaciones, no es un impedimento para muchos compradores que priorizan el precio por sobre otros factores.

Las vidrieras de Junín reflejan esta realidad con promociones 2×1, descuentos anticipados y liquidaciones que comienzan incluso antes de fechas comerciales tradicionales como el Día de las Infancias. Un comerciante del centro expresó con crudeza: “No alcanza con poner los productos al costo. Hoy la gente prioriza otras cosas: la comida, el alquiler o un viaje, antes que una campera”.

En un mercado que parece saturado y con clientes que miden cada peso, la rotación rápida de stock se vuelve fundamental, aunque esto implique sacrificar márgenes y rentabilidad. Quedarse con mercadería sin vender es una apuesta de alto riesgo que pocos están dispuestos a correr.

Las cifras a nivel nacional confirman una tendencia preocupante: según la Fundación Pro Tejer, el 67% de la ropa consumida en Argentina es importada, porcentaje que sube al 75% en los centros comerciales más grandes. Esta dinámica afecta particularmente a la industria textil nacional, donde el 60% de las empresas redujo su planta de personal y la mitad reportó ventas a la baja durante el primer semestre de 2025.

Un cambio cultural y generacional que redefine el consumo

El fenómeno no es meramente económico: también es social y cultural. La generación más joven privilegia las compras online y destina sus ingresos a experiencias, como recitales o viajes, en lugar de a la adquisición de bienes materiales tradicionales. Este comportamiento se ve reforzado por el uso masivo de redes sociales, donde la publicidad personalizada y las ofertas inmediatas estimulan una cultura de consumo digital constante.

Desde la comodidad del hogar, sin la necesidad de desplazarse o probarse las prendas, los consumidores acceden a una oferta variada y precios que el comercio local no puede igualar. Esta realidad se combina con una caída del poder adquisitivo que impone límites aún mayores: “Antes salías a pasear y te tentabas con una prenda. Ahora ni salís. Y si lo hacés, es con la billetera justa”, explicó un comerciante con décadas en el rubro.

Marianela Mucciolo, titular de la SCIJ. (Foto: EN).
Marianela Mucciolo, titular de la SCIJ. (Foto: EN).

La voz del comercio de Junín: entre la presión impositiva y la necesidad de adaptación

En este contexto, las declaraciones de Marianela Mucciolo, presidenta de la Sociedad Comercio e Industria de Junín, cobran especial relevancia. Desde su rol, ofreció un análisis a Edición Noroeste que va más allá de la simple comparación de precios y aborda las distorsiones del sistema tributario y la necesidad urgente de adaptación tecnológica.

El comercio local, ya sea físico o digital, enfrenta una presión tributaria mucho mayor que en otros mercados de la región”, afirmó Mucciolo con firmeza. Mientras las plataformas extranjeras operan con beneficios fiscales o, directamente, sin tributar en Argentina, el comercio nacional debe afrontar impuestos a nivel nacional, provincial y municipal, una carga que muchas veces resulta asfixiante.

“No estamos en contra del avance tecnológico ni de las compras en el exterior, pero pedimos reglas claras y condiciones equitativas para competir, para poder ser competitivos, porque si no resulta injusto”, insistió.

Para Mucciolo, el comercio local argentino tiene “talento, creatividad y mucho esfuerzo”, pero ese potencial se ve limitado por un marco normativo que no acompaña la realidad.

Sobre la coexistencia entre comercio físico y digital, explicó que “hoy por hoy el comercio físico no lo ve como competencia, porque cualquier comercio físico ha adoptado la comercialización digital como una pata más del comercio”.

“Después de la pandemia, todo comercio físico tuvo que reinventarse y adjuntar a su comercio las redes sociales, plataformas de venta online y distintos canales que complementan la venta tradicional”, detalló.

“Hoy el comercio físico solo no tracciona, necesita sumar estas otras variables, que son otros canales de venta. No compiten el comercio físico y el comercio digital, son la misma pyme con distintos canales”, afirmó.

Sin embargo, la diferencia sustancial con las plataformas extranjeras como Shein reside en la carga impositiva. “Nosotros tenemos otra carga impositiva a nivel municipal, provincial y nacional, entonces las erogaciones para nosotros son mucho mayores”, remarcó.

Capacitación, innovación y gestión: estrategias para resistir

Ante la complejidad del escenario, Mucciolo remarcó que la Sociedad Comercio e Industria de Junín apostó a la capacitación como herramienta fundamental para sostener al sector. “Para este año planificamos un fuerte calendario de capacitaciones”, señaló.

Actualmente, la institución ofrece una capacitación mensual sobre temáticas como educación financiera, marketing digital, inteligencia artificial aplicada al emprendimiento, redes sociales y comercio exterior.

Precisamente, el mes pasado se desarrolló un taller de cuatro clases sobre comercio exterior, orientado a que los comerciantes aprendieran cómo importar y cuáles son las variables a tener en cuenta para hacerlo de manera efectiva y segura.

“Como todo está cambiando tan rápido, la Cámara tiene que apoyar al comercio capacitando en todas estas cuestiones relacionadas con lo digital, la educación financiera y la IA, que es fundamental aprender a usar”, puntualizó.

Además de la formación, la entidad sostiene una intensa actividad de representación y promoción comercial, coordinando campañas y promociones en fechas clave para “amortiguar la baja en ventas y capacitarnos para salir adelante”, concluyó Mucciolo.

La triple amenaza: comercio electrónico internacional, marketplaces nacionales y economía en crisis

El comercio local de Junín está asediado por varios frentes. Por un lado, las plataformas internacionales que ofrecen precios bajos y variedad, por otro, los marketplaces nacionales como Mercado Libre, que a pesar de operar en el país también presentan ventajas fiscales y logísticas, y finalmente, la crisis económica que limita la capacidad de consumo de la población.

En esta realidad, la competencia ya no puede ser solo de producto o atención personalizada. “El asesoramiento y la posibilidad de probarse la ropa dejaron de ser suficientes”, advirtieron varios comerciantes locales. “Estamos corriendo detrás de un tren que no va a frenar”, reconocen con frustración.

Jorge Saez, titular del CUCI. (Foto: Bragado TV).

La mirada regional: la caída del consumo preocupa a toda la zona

El presidente del Centro Unión Comercio e Industria (CUCI) de Bragado, Jorge Sáez, hizo un diagnóstico sombrío sobre la situación regional que repercute directamente en Junín. En diálogo con Bragado TV, Sáez expresó su preocupación por la caída sostenida en las ventas, que afecta incluso a sectores como el óptico, donde los productos son considerados esenciales.

“Notamos un descenso muy importante en el consumo”, dijo Sáez. “En nuestro caso, vemos cómo cada vez a más personas les cuesta acceder a algo tan básico como un par de anteojos”.

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El dirigente advirtió también sobre el auge de nuevas formas de comercialización a través de redes sociales, y la necesidad de que estas actividades se encuadren dentro de un marco regulatorio para garantizar condiciones equitativas para todos los actores comerciales.

Con mirada crítica, Sáez concluyó: “Creemos que la situación seguirá empeorando. Ya venimos de varios meses difíciles y, si no se reactiva el consumo, va a ser muy complicado sostener la actividad para muchos comerciantes”.

Una respuesta a “El efecto Shein también golpea en Junín: comercios anticipan liquidaciones para sobrevivir”

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