Cristina Fernández de Kirchner reapareció públicamente este miércoles a través de un mensaje grabado desde su prisión domiciliaria, en el marco de una multitudinaria movilización del peronismo a Plaza de Mayo para reclamar contra su condena y detención.

El modelo que encarna Milei se cae porque es injusto e inequitativo, pero fundamentalmente porque es insostenible en términos económicos. Tiene vencimiento como el yogurt”, afirmó.

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La expresidenta acusó directamente al ministro de Economía, Luis Caputo, y sostuvo que “el verdadero poder económico sabe que este modelo no tiene futuro y por eso es que estoy presa”.

“Pueden encerrarme a mí, pero no a todo el pueblo argentino. Los que están asustados no somos nosotros, son ellos”, expresó, en un discurso transmitido por altoparlantes en las inmediaciones de la Casa Rosada y replicado por redes sociales.

“Estoy firme y tranquila, eso sí, con prohibición de salir al balcón. Dios mío, qué cachivaches que son”, ironizó. También agradeció las muestras de apoyo en la puerta de su casa y en distintos puntos del país: “Me encantó escucharlos cantar ‘Vamos a volver’. No lo hacíamos hace mucho. Ese país no fue una utopía, lo vivimos durante 12 años y medio”.

Multitud en la Plaza y fuerte operativo de seguridad

Desde el mediodía, columnas de La Cámpora, el Movimiento Derecho al Futuro que lidera Axel Kicillof, el Frente Renovador de Sergio Massa, el Frente Patria Grande de Juan Grabois y diversos sindicatos comenzaron a confluir en Plaza de Mayo, en una de las movilizaciones más masivas del año.

A pesar del despliegue, el protocolo antipiquetes quedó desbordado por la masividad del acto. El Gobierno nacional, sin embargo, se mantuvo firme en su postura. “La calle es de la gente, no del kirchnerismo ni del Gobierno”, declaró el vocero presidencial Manuel Adorni, quien insistió en que “las fuerzas federales están trabajando para que tanto los accesos como los edificios públicos mantengan el orden”.

El Gobierno va a hacer todo para que el protocolo antipiquetes se cumpla”, añadió el portavoz, aunque reconoció que “la marcha es legítima, nadie pretende que la gente no se exprese”.

El operativo de seguridad incluyó un vallado perimetral alrededor de la Casa Rosada, controles en Comodoro Py, Congreso y Corte Suprema, y revisión de colectivos en la autopista Ricchieri. Más de 2000 efectivos de la Policía Federal Argentina fueron desplegados en la zona céntrica porteña.

Escenario, oradores y ausencias

El acto central estaba previsto para las 14, con un escenario montado en Plaza de Mayo. La intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, coordinó la logística durante la mañana. Si bien no hubo un llamado orgánico de la CGT, algunas organizaciones sindicales como La Bancaria se sumaron con convocatorias propias.

Por su parte, la Izquierda realizó un acto paralelo en el Obelisco. Aunque rechazan la figura de Cristina Kirchner, denunciaron la “proscripción política” impuesta por la Corte Suprema.

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La manifestación peronista de este martes se convirtió en una fuerte señal política a pocos días del inicio formal de la campaña electoral. Mientras tanto, Cristina Kirchner intenta mantener su centralidad desde la reclusión, denunciando persecución judicial y advirtiendo: “Este modelo se cae. Por eso me quieren callar”.

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