En una entrevista con Edición Noroeste, Héctor Azil, titular del gremio ATSA Filial Junín, compartió sus reflexiones sobre el contexto político actual y su impacto en la región.
Según Azil, las diferencias dentro del peronismo ya venían manifestándose antes, pero la irrupción de Javier Milei y su victoria el año pasado acentuaron las fragmentaciones en los espacios políticos.
Explicó que Axel Kicillof es un sobreviviente de esta debacle electoral, al ganar frente a Milei y gobernar por segunda vez la provincia de Buenos Aires, donde la Libertad Avanza tiene un desempeño electoral muy bajo.
Destacó la importancia de respetar y cuidar a Kicillof, más allá de las consideraciones personales, ya que «nadie es dueño de los votos» y el núcleo duro kirchnerista no ve con desagrado al gobernador.
«Es una disputa de poder, es legítima dentro de todo el espacio político que el poder se discuta, lo que está mal es la manera en la que se está haciendo, de cara a una sociedad que está sufriendo los embates desde lo económico, lo social», consideró.
Una ciudad «adormecida y anestesiada»
En cuanto al escenario local, Azil fue crítico con la gestión del intendente de Junín, describiendo a la ciudad como «adormecida y anestesiada» desde hace años.
Señaló que desde diciembre, la retracción en el consumo y el impacto de los tarifazos y el impuestazo han empeorado la situación económica de los trabajadores y jubilados.
Además, criticó los altos impuestos rurales por caminos que no ofrecen el servicio esperado. Según Azil, gran parte de las obras que el intendente presentaba como propias eran en realidad proyectos nacionales o provinciales. Con la paralización de estas obras, se ha hecho más evidente la inactividad municipal. Enfatizó que los juninenses pagan una fortuna en impuestos, pero no se ven resultados en la ciudad.
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Azil también señaló que el intendente adopta una postura «genuflexa» frente al Gobierno nacional, sin reclamar nada, pero manteniendo una actitud crítica frente a la provincia, la cual sigue enviando recursos y realizando obras. Esta actitud, según Azil, está motivada por la especulación política y el temor a que el electorado se sienta interpelado por Milei.
Finalmente, Azil manifestó su pesimismo sobre el futuro del país, advirtiendo que la política de ajuste implementada solo profundiza la recesión y la caída de ingresos, lo que lleva a más ajustes. «Es una rueda interminable», afirmó, y consideró difícil ser optimista cuando lo único que se propone es un ajuste constante, que afecta tanto a la economía como a la vida cotidiana de los argentinos.






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