Por Carlos Mansur (*)
Según estadísticas oficiales, los argentinos somos 46.234.83. Territorialmente, somos la quinta nación del mundo. Es decir, somos un “pago grande”.
La falta de gestión del gobierno, que aún le falta nombrar un 30% de funcionarios, pone a la gestión estatal en crisis y la deja en manos de segundas líneas, kirchneristas y camporistas. Un ejemplo muy claro y “patente” es lo que sucede con el PAMI. ¿Quién no conoce a alguien que el PAMI tenga subyugado por entregarle medicamentos de mala calidad, como los genéricos, o prótesis de bajísima calidad?
Una persona se encuentra luchando hace un año por una prótesis y resulta que, para ahorrar dinero, el PAMI otorgaría la prótesis pero serían de la peor calidad.
Si uno tiene el atrevimiento de organizar una colecta entre familiares y amigos para comprar, por ejemplo, una prótesis de titanio, que es la más adecuada, el PAMI se hace el ofendido y notifica que no se ocupará ni de la internación, ni del quirófano, ni de los anestesiólogos. He vivido esto en carne propia con un amigo; duele y provoca un silencio y una indignación estremecedora.
El kirchnerismo ha desfinanciado por completo todo el sistema previsional “regalando” beneficios jubilatorios, empobreciendo y arruinando todo el sistema. Pero como “para muestra solo hace falta un botón”, veamos el caso de Junín con el tema de la salud, y realmente el diagnóstico es preocupante. Cuando éramos 40,000 habitantes, teníamos tres hospitales, y ahora que somos 100,000, tenemos solo uno.
Aunque la gota que rebalsó el vaso es el caso del PAMI de Junín, que está comandado por un personaje que lo llevaría al fracaso total, un hombre de las filas de la Libertad Avanza. Lo que se ve es que no han hecho nada; son lisa y llanamente inoperantes. La “Casta” sigue existiendo y no hacen nada para combatirla. Es más, ellos mismos se habrían convertido en “Casta”. Están haciendo exactamente lo contrario de lo que la gente votó.
Por otra parte, el segundo del PAMI Junín fue el titular de ese organismo durante la era K, y hoy, a pesar de estar en las antípodas del pensamiento liberal, es el segundo de ellos. Fue el director del hospital de agudos y lo habría dejado en condiciones deplorables, y por lo único que se lo recuerda es por haber colocado en distintos puestos a gente de la Cámpora. El pago chico se convirtió en un infierno grande y el pago grande se convirtió en una pequeña aldea.
(*) Presidente de la UCR de Junín.






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