-¿Qué lectura hace del rumbo económico del país? Son momentos donde la recesión empieza a ser palpable en la región, con una pronunciada caída en las ventas.

-La lectura claramente es negativa. Forma parte de la estrategia que planteó el presidente Milei en la campaña y que está llevando adelante: enfriar la economía para que eso impacte en la desaceleración de la inflación. Su gran bandera y lo que le dijo a todos los argentinos era que la peor herramienta, el peor castigo y el peor impuesto para los argentinos era la inflación. Pero no consideró, o no le da valor, a la falta de capacidad adquisitiva de nuestra sociedad, cuando aumentamos no solamente los impuestos, a pesar de que dijo que se iba a cortar un brazo antes de aumentar un impuesto, sino cuando liberamos las tarifas, las prepagas, y a su vez el Estado se ausenta de la regulación de todas aquellas cuestiones de la vida cotidiana de la sociedad con la excusa de que el Estado es malo y que el mercado va a regular todas aquellas cuestiones. Y el caso palmario que tenemos es lo que ha sucedido con las obras sociales, las prepagas.

-Pero la inflación marca una tendencia a la baja.

-Baja la inflación, pero se paraliza el país. Hay sueldos que no acompañan ni siquiera la baja de inflación, pero tengamos en cuenta también que en el año ya acumulamos un 75% de inflación, más allá que la tendencia es a la baja. Desde que subió Milei, también tuvimos una devaluación del 125%, lo que también impactó en el poder adquisitivo de los argentinos. Cuando comparamos los números de abril último con los del mismo mes del año pasado, tenemos que la venta de autos cayó un 18%; la indumentaria, un 13%; la venta minorista, un 18%; la leche, un 18%; alimentos y bebidas, otra cosa esencial, un 23,8%; la venta en farmacias, un 31%; y otras cosas como artículos del hogar y electrodomésticos, un 38%. Lo que está sucediendo es que hay una estanflación de la economía con una tendencia a la depresión económica. Eso es aún más grave que una inflación controlada.

-Empiezan a verse algunas señales de alarma en una cuestión muy sensible, como es la del empleo.

-Claro, también empezamos a ver índices de desempleo, más allá de las noticias puntuales sobre cierres de fábricas y suspensiones. Hay un dato de los últimos días que es muy claro: desde diciembre a esta parte, están sin actividad 270.000 cuentas sueldo de los distintos bancos de la República Argentina.

-¿Juega con fuego el Gobierno al provocar esta recesión, en un país que es tan dependiente del mercado interno?

-Creo que sí, que es muy complejo, que juega con fuego, pero para no ser tan metafórico, está jugando ya en este punto no solamente con la calidad de vida de los argentinos, sino también, en muchos casos, con la vida de los argentinos. Cuando el presidente dice que si hubiese gente muriendo de hambre él los vería por la calle muriéndose, como si un presidente necesitara ver la muerte para que le caiga la ficha. Cuando un gobierno tiene 5 millones de toneladas de alimentos almacenados y con este cuento de que está auditando e instalando en la sociedad que hay más comedores truchos que comedores reales, pero no pone el foco en que esos comedores cumplen un rol social que el Estado es imposible que lleve a cabo, salvo que sanee la economía y tengamos un país del primer mundo con porcentajes de desocupación mínimos y modelos de contención o programas de contención adecuados.}

Alexis Guerrera, con Sergio Massa, su referente nacional.

-¿Cómo analiza la actual gestión en Transporte de Nación?

-Debería decir que es casi la no gestión. Retiraron prácticamente el subsidio al transporte automotor en el interior del país, con lo cual otra vez más la clase trabajadora, los argentinos y las argentinas, y más los del interior quedaron sin apoyo del Estado. Esto también afecta la búsqueda de trabajo. No por nada los países más desarrollados del mundo subsidian el transporte público, porque es una forma de aliviar al trabajador y al empleador. En el interior, desapareció el fondo de incentivo docente y otras transferencias del Estado Nacional que redistribuyen la riqueza.

-¿Qué va a pasar con el tren de pasajeros?

-No digo que vaya a desaparecer el servicio, pero hay una sensación de desfinanciamiento y posible privatización. En el área metropolitana se ve que muchos trenes están demorados o cancelados, algo que no ocurría hasta diciembre. Esto es falta de mantenimiento, intencional, para instalar en la sociedad que el Estado es ineficiente y que el privado lo haría mejor. La carga debería subsidiar al pasajero y el Estado debería retomar la conducción y el manejo de todas las líneas de carga, algo que intentamos durante mi gestión como ministro.

-¿Qué opina sobre los reacomodamientos en la oposición? Hay un vacío de poder que ha dejado la irrupción de Milei.

-Unión por la Patria seguirá formando parte de un mismo frente electoral, con nuestras discusiones internas. Axel Kicillof tiene un rol protagónico como gobernador del Estado más importante de la Argentina. Sergio Massa, mi referente político, trabaja en sostener y profundizar la unidad de Unión por la Patria. Hay discusiones, pero no son de ruptura, sino de acomodamiento. La irrupción de Milei nos obliga a reflexionar sobre cómo seguir funcionando. También hay problemas dentro de Cambiemos, con sectores del radicalismo y del PRO cuestionando el rumbo actual.

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