Oscar Farías, referente del Movimiento por los Derechos Humanos de Junín y uno de los impulsores del juicio de lesa humanidad que se realizó en la Unnoba, en 2015, afirmó a Edición Noroeste: “Norita vino en 2015, en el marco de los juicios, y no solo se quedó en la audiencia a presenciar unas horas el juicio, sino que fue la que inauguró, junto al rector Guillermo Tamarit y quien les habla, el tótem, esa alegoría que hay en el rectorado, en el chalet Mr. York, que dice Memoria, Verdad y Justicia”.

En la imagen (ver foto) está Nora Cortiñas en el Salón de la Democracia, está con Imelde Sanz, que falleció, que fue una de las principales testigos en la causa, poetiza, escritora de Junín.

Nora Cortiñas, presente en el juicio de lesa humanidad en Junín (Foto: Sebastián Martino)

“Se arremetió contra la cultura”

Farías detalló a El Universitario algunas particularidades de lo sucedido en Junín entre 1976 y 1983: “La dictadura no solamente atacó al sindicalismo o a las agrupaciones políticas, como tradicionalmente ocurrió en otros puntos del país, sino que acá fundamentalmente se arremetió contra la cultura. En el juicio se vio cómo fue perseguida la Coordinadora de Arte (Coart), un grupo formado por gente que pintaba, escribía, hacía obras de teatro, o participaban de un coro, lo que hizo que esta causa fuera muy particular”.

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