La cosmeticorexia es un trastorno relacionado con la obsesión por el cuidado de la apariencia sin imperfecciones y el uso excesivo de productos cosméticos en menores de edad. Esta tendencia, cada vez más frecuente, ha despertado la preocupación en el ámbito educativo bonaerense.
Este trastorno se caracteriza por la necesidad compulsiva de utilizar todo tipo de cosméticos, tratamientos y procedimientos estéticos con el fin de alcanzar una supuesta perfección física. Las redes sociales a menudo potencian esta obsesión.
Proyecto de ley
Por esta razón, la diputada provincial Silvina Vaccarezza presentó un proyecto de ley para crear una línea telefónica gratuita (0800) destinada al asesoramiento, contención e información para padres y adolescentes víctimas de cosmeticorexia.
El objetivo es proporcionar información sobre las herramientas disponibles por parte del Estado para la contención y acompañamiento, brindar una primera contención humana y asistencia psicológica a niños, adolescentes y progenitores, y derivar posteriormente a los afectados a institutos y organizaciones especializadas. También se busca otorgar información sobre las herramientas estatales que permiten la continuidad educativa y laboral de los adolescentes con este trastorno.
«Esta adicción que hoy estamos viendo es un problema en el que el Estado debe intervenir. Estamos en el tiempo perfecto antes de que estos niños y adolescentes se conviertan en su mayoría en adictos», advirtió la diputada Silvina Vaccarezza.
Trastornos
La cosmeticorexia, más allá de ser una obsesión con la apariencia perfecta, puede desencadenar una serie de trastornos tanto físicos como psicológicos en menores de edad. A continuación, se detallan algunos de los trastornos más comunes asociados con este comportamiento adictivo:
Trastorno Dismórfico Corporal (TDC)
El Trastorno Dismórfico Corporal es una condición en la que el individuo se obsesiona con defectos percibidos en su apariencia, los cuales suelen ser imperceptibles para los demás. Esta obsesión puede llevar a un uso excesivo de cosméticos y tratamientos estéticos.
Ansiedad y depresión
La constante búsqueda de una perfección inalcanzable puede generar altos niveles de ansiedad y llevar a episodios depresivos. La insatisfacción crónica con la propia apariencia puede minar la autoestima y el bienestar emocional.
Trastornos alimenticios
La preocupación extrema por la apariencia física puede desencadenar trastornos alimenticios como la anorexia y la bulimia. Estos trastornos están frecuentemente relacionados con una imagen corporal distorsionada y la presión social para cumplir con ciertos estándares de belleza.
Problemas dermatológicos
El uso excesivo y frecuente de productos cosméticos puede causar irritaciones en la piel, alergias, y otras condiciones dermatológicas como el acné cosmético. Además, el abuso de tratamientos estéticos puede dañar la piel a largo plazo.
Trastornos de la conducta
Los menores pueden desarrollar comportamientos obsesivos y compulsivos relacionados con su rutina de belleza, descuidando otras áreas importantes de su vida, como los estudios y las relaciones personales.
Aislamiento social
La preocupación constante por la apariencia puede llevar a un aislamiento social. Los menores pueden evitar actividades sociales por temor a ser juzgados por su apariencia, lo que afecta su desarrollo social y emocional.
Dependencia a Procedimientos Estéticos
La búsqueda de una apariencia perfecta puede llevar a una dependencia de procedimientos estéticos, algunos de los cuales pueden ser invasivos y conllevan riesgos para la salud.
Problemas Financieros
El costo de los productos y tratamientos estéticos puede generar problemas financieros en las familias, especialmente si los menores insisten en adquirir productos caros o someterse a tratamientos frecuentes.
La cosmeticorexia no solo afecta la salud física y mental de los menores, sino que también impacta en sus relaciones familiares, sociales y académicas. Es crucial abordar este trastorno con apoyo psicológico y educar a los jóvenes sobre la aceptación y el amor propio.






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