“Nadie la llevó a eso. Le gustó el buen vivir y participaba activamente en la banda”. Así grafica un funcionario, con acceso al expediente judicial, la lujosa vida que llevaba a cabo la psicóloga juninense acusada de formar parte de esta gavilla de inescrupulosos estafadores, que sustrajo a jubilados casi 300 millones de pesos (279.219.000 pesos), pero cuyos bienes ascienden a 500 millones de pesos, según confirmaron fuentes policiales a Edición Noroeste.
“Las escuchas la tienen participando activamente, incluso, asesorando. Por eso, la tienen bien enganchada. Sin dudas, ha zafado –en términos de no pasar este proceso en la cárcel (está con prisión domiciliaria)- porque no tiene antecedentes”, soltó una garganta clave de la seguridad juninense, en diálogo con Edición Noroeste.
“En el caso de su pareja, el cabecilla de la banda, que sí tiene antecedentes, le va a costar salir –está alojado en la Unidad Penitenciaria 49 de Junín-”, ahondó.
Vehículos de alta gama, mobiliario, sommiers, heladeras y electrodomésticos de lujo, son solo algunos de los bienes incautados a la banda, que estafaba, impiadosamente, a personas de la tercera edad de Junín y la región, a quienes despojaban de los ahorros de toda una vida de trabajo y esfuerzo.
Los investigadores creen que, incluso, la justicia federal podría abrir una causa por lavado de activos.

¿Quién es la psicóloga?
Si bien este portal digital mantiene el nombre de la psicóloga en reserva, se pudo constatar que es perito psicóloga del Poder Judicial de la Nación (al no tener condena, y no contar antecedentes, aún no le inhabilitaron el título profesional).
Los pesquisantes creen, además, que la profesional habría utilizado sus conocimientos para manipular a las víctimas y adentrarse en su “psicología” con la premisa de convencerlos y despojarlos de sus ahorros.
Cabe recordar que, ayer, la Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de Junín llevó a cabo la detención de dos individuos implicados en esta asociación ilícita dedicada a las estafas. Y con estas detenciones, los agentes creen que se desbarató completamente a la banda criminal.
Bajo la supervisión de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio (UFIyJ) N° 8, a cargo del Dr. Laius Martin, se ejecutó el operativo que puso fin a las actividades de dos personas, de 22 y 21 años.
El caso involucra a múltiples víctimas que cayeron en la trampa de una red de estafadores. Entre las personas afectadas se encuentran al menos siete vecinos mayores de 70 años de nuestra ciudad y de la región.

¿Cómo operaban?
El modus operandi de los delincuentes consistía en hacerse pasar por familiares de las víctimas, ya sea mediante llamadas telefónicas o visitas a sus domicilios. Bajo falsas pretensiones de ser empleados bancarios, persuadían a las personas mayores para que entregaran sus ahorros, obteniendo así grandes sumas de dinero. En algunos casos, la estafa fue frustrada en su intento inicial.
El historial delictivo abarca varias fechas, desde el 2 de mayo de 2022 hasta el 1 de marzo de 2024, con reportes de estafas consumadas y tentativas. Las pérdidas económicas de las víctimas ascienden a cantidades significativas en dólares y pesos argentinos, evidenciando el impacto devastador de estas acciones fraudulentas en la comunidad.
En marzo de este año, esta peligrosa banda fue desarticulada por la policía de Junín y Alem, tras una paciente investigación que derivó en 16 allanamientos y siete delincuentes detenidos por “Asociación ilícita”.
La investigación fue coordinada por el titular de la Fiscalía 8, a cargo de Martín Laius, en el marco de diversas causas penales con intervención de la Fiscalía 1, a cargo de Vanina Lisazo; Fiscalía 4 (Pamela Ricci); y Fiscalía 6 (Fernanda Sánchez), del Departamento Judicial Junín, y ante la existencia de numerosos ilícitos ocurridos durante los últimos meses.
Las estafas telefónicas, conocidas popularmente como “cuentos del tío”, apuntaban mayormente a engañar y despojar de sus bienes a personas de la tercera edad, a quienes llamaban y engañaban haciéndose pasar por un familiar (nieto, hijo, sobrino, etc.), argumentando que estaban en el interior de una entidad bancaria cambiando sus ahorros ya que, debido a la inestabilidad económica del país, en especial los dólares, perderían un valor del 70%. Y lo mismo sostenían con respecto a los billetes de moneda nacional, que debían ser reemplazados por otros nuevos en la entidad.
Una vez convencidas, las víctimas accedían a hacer entrega de sus ahorros. Para ello, los estafadores les enviaban un supuesto contador o empleado del banco para que lo traslade hacia la entidad donde se hallaba el falso familiar.
Las comunicaciones de origen eran realizadas en su totalidad desde Junín, cuyo patrón de impactos en las antenas eran coincidentes en cuanto a la geolocalización y celdas, lo cual permitió, mediante el uso de nuevas tecnologías aplicadas a la investigación, circunscribir un rango de búsqueda determinado, por cuanto en los avances desplegados en las tareas de campo, análisis de las comunicaciones e intervenciones telefónicas se determina con precisión un inmueble desde el cual operaba el “call center”.

El líder, con “cartón lleno”
La organización cuenta con un cabecilla, conocido por sus antecedentes, ya que anteriormente fue investigado y detenido por la DDI Junín, por la comisión de ilícitos de idéntica modalidad, a la vez que en esta ocasión, su esposa, de profesión psicóloga, junto a dos operadores más, realizaban las comunicaciones maliciosas desde una sala montada como ‘call center’, contando con dispositivos electrónicos (notebook, PC) y numerosos celulares con los que se comunicaban con las víctimas y otros para conectarse en forma paralela con las células operativas, cuya función consistía en permanecer en cercanía del domicilio de los abuelos engañados, para concretar el retiro del dinero.
Los hechos comprobados ocurrieron en diferentes ciudades y pueblos de la región, como Vedia, Alberdi, Rawson, Chacabuco, General Pinto, Lincoln y Ascensión, utilizando diferentes medios para movilizarse como automóviles y en ocasiones motocicletas, que fueron identificadas tras el meticuloso análisis de imágenes de cámaras de domicilios particulares y de los correspondientes Centros de Monitoreo de cada ciudad.






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