“El estancamiento de la ciudad no es de ahora, viene desde hace un montón de tiempo”. Con esta definición comenzó la entrevista de Edición Noroeste con el dirigente justicialista y titular de ATSA Junín, Héctor Azil. “Esta situación, donde un municipio lo único que puede resolver -tal vez por ineficiencia de gestión- es pagar salarios, y no puede encarar ninguna obra pública, no puede hacer ninguna obra de relevancia con fondos propios, hace que sea un municipio condenado a que la Provincia y la Nación le envíen fondos”, estileteó.

Y agregó: “Incluso cuando tuvo un triple alineamiento -municipio, Provincia y Nación- no pudieron llevar adelante obras de envergadura, por eso, es difícil ser optimista”.

“El Parque Industrial no crece, estamos vendiendo la Zona de Actividades Logísticas (ZAL) desde hace un montón de tiempo. O sea, siempre se repiten anuncios de cosas que después no se llevan adelante, no se concretan o son muy menores”, punzó.

“La ciudad, si no fuera por la presencia de la Universidad, habría caído mucho en el mapa regional, nos hubieran pasado por arriba”, consideró.

“Es todo marketing”

“Es todo marketing; está bien, es lo que vende, hay que felicitarlos, pero gestionar un municipio requiere mucho más, requiere dar respuestas en seguridad, en salud, todos sabemos cómo funcionan las salitas sanitarias, que no encontrás un médico, no hay una contención real de la salud, siendo que eso descomprimiría el hospital”, dijo.

“Muestran un marketing sobre algo que se hace, pero no se está yendo al fondo de las cuestiones, hay una desatención muy importante, debe haber, seguramente, un agotamiento de casi nueve años de gestión”, sopesó.

“Hay un enfoque hacia arriba, de usar la ciudad como trampolín, que impide pensar la ciudad a cinco, diez o 15 años, que es lo que falta”, afirmó.

Elecciones en el PJ bonaerense

Sobre el llamado a elecciones del PJ bonaerense, afirmó: «La elección anterior, más allá de que hubo un consenso de alguna parte, no fue totalmente aceptada, había algún cuestionamiento sobre cómo se llevó adelante. El PJ tiene una tarea fundamental que es encabezar ese ordenamiento del frente. Para hacerlo primero tiene que ordenarse en su propia fase, tanto a nivel nacional como provincial y los distritos locales, para dar la discusión interna necesaria, para hacer la autocrítica, reconocer los errores que se cometieron, pero además para planificar si queremos volver al gobierno, para qué queremos ser gobierno y cuál sería nuestro plan para llegar», dijo.

«La disputa que se quiere dar y lo que se está viendo de manera solapada en la Provincia obedece a que el sobreviviente más importante de la catástrofe electoral del año pasado, Axel Kicillof, en la próxima elección quiere plantarse –y tiene derecho- con espacios más importantes dentro de las listas y bueno, hay ciertas resistencias», dijo.

«Las internas políticas no me asustan, pero sí me parece un poco desatinado que se estén exteriorizando, ante una situación donde la sociedad está esperando otra cosa de quienes, si a este gobierno le va mal, podemos aspirar a volver al gobierno», expresó.

La interna en el terruño

Sobre las internas en Junín, afirmó: «A mí lo que me parece es que tienen que participar todos los que tengan ganas, los que sientan que pueden representar algo, y que después respeten el resultado de las elecciones, porque no tiene sentido no presentarse o cuestionar cuando se cae derrotado”.

Y amplió: “Soy de los que promueven la participación en las Primarias. De hecho, cuando fui presidente del partido, diseñé una estrategia para eso, porque yo tenía 7 listas, pero todas por fuera, 3 iban con De Narváez, una medio aliada al Intendente”.

«Yo creo que muchas veces es casi una excusa fácil para nosotros los dirigentes peronistas decir que no nos votan porque son antiperonistas, en realidad tal vez todavía no hemos acertado en interpelar a todo el electorado», admitió.

La repercusión del paro general

«No se puede hacer resultadismo del paro, ya tener que llegar a una medida de fuerza significa un fracaso, un fracaso en todos los frentes”, consideró el dirigente sindical. “Fue un paro importante, no total, eso está claro, pero el mal humor social ya se empieza a percibir, motivos sobran», añadió.

«Hay muchos todavía que, a pesar de que les está yendo mal y muy mal, vislumbran que en el futuro van a estar mejor. Es casi una cuestión religiosa”, comparó.

«Al haber menor consumo hay menores ingresos también y lo que generan es un ajuste permanente», advirtió. «Obviamente deseamos que mejore la situación, pero me da la sensación de que tiende a complicarse», cerró.

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