En Junín, la situación habitacional se torna cada vez más crítica con la paralización de 174 viviendas, sumergiendo a cientos de familias en la incertidumbre y agravando un déficit habitacional que ya trepa a la alarmante cifra de 5 mil viviendas.
De estas viviendas detenidas, 149 pertenecen al programa Procrear del Gobierno nacional encabezado por Javier Milei –que promueve el lema “obra pública cero”-, mientras que las restantes 25 son responsabilidad del gobierno bonaerense liderado por Axel Kicillof.

Según datos obtenidos por Edición Noroeste a partir del Censo 2022, la preocupación se intensifica al descubrir que existen 4919 viviendas ociosas en la ciudad, ya sea por estar en venta, sin alquilar o simplemente abandonadas por diversas razones.
Las viviendas de Procrear, financiadas a través del Banco Hipotecario, representan una esperanza para muchas familias, con niveles mínimos de morosidad en los créditos. Sin embargo, la paralización de las obras pone en riesgo el estado de estas viviendas, con algunos proyectos alcanzando un avance del 80% y corriendo el peligro de deteriorarse al carecer de pintura, ventanas y otros detalles.

La retirada de la empresa constructora de Junín ha dejado a más de 100 obreros locales desempleados, dejando a cargo solo a dos personas para custodiar los terrenos. Este abandono genera incertidumbre sobre el futuro de las obras y la posibilidad de reanudarlas en el corto plazo.
En el caso de las 25 viviendas correspondientes al gobierno bonaerense, situadas en el barrio La Celeste, el avance es del 60%, lo que significa un paso significativo en la construcción, pero que ahora se ve detenido por circunstancias fuera del control de los beneficiarios.
Ante este panorama desalentador, las familias afectadas y la comunidad en general esperan respuestas concretas de las autoridades para resolver esta crisis habitacional que afecta a tantos ciudadanos juninenses.

En el país
La Argentina vive en un constante déficit habitacional, explicó Cyntia Goytía, directora del Centro de investigación en Política Urbana y Vivienda de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT). A su vez, señaló que el país «enfrenta un triple desafío desde hace varios años».
«El primero es revertir el déficit cuantitativo, ofrecer vivienda a aquellos que no la tienen o viven en una vivienda de baja calidad. El segundo es el déficit cualitativo, representado por viviendas de mala calidad o que carecen de servicios básicos. Y el tercero es preparar la oferta para los que se forman cada año», amplió.
La especialista destacó que en el período censal de 2009-2010 se formaron alrededor de 215.000 nuevos hogares por año. En este censo se formaron 300.000 nuevos hogares y no aumentó más la población, sino que hubo variación demográfica.

Goytía señaló que hay que entender la magnitud del déficit habitacional en Argentina. Aproximadamente, uno de cada cuatro hogares enfrenta algún problema de vivienda. Con 16 millones de hogares en el país, el déficit cuantitativo afecta a alrededor de un millón y medio de hogares, mientras que un 15% enfrenta déficit cualitativo.
El déficit cuantitativo se refiere a la necesidad de un nuevo hogar, mientras que el déficit cualitativo a la falta de servicios básicos. El problema del déficit habitacional no corresponde a un solo sector de la población, sino que se observa un corrimiento hacia hogares de ingresos más altos.
La mitad de los hogares con déficits habitacionales se concentra en la ciudad y en la provincia de Buenos Aires.
«Hoy tenés, sobre todo, jóvenes que tienen ingresos, que pueden tener cierta capacidad de pago, pero qué al no tener acceso al crédito, no tienen posibilidad de acceder, por ejemplo, a una vivienda y propiedad», lamentó.
En relación con las políticas de desarrollo urbano y la inclusión social, la profesora realzó la importancia de la planificación y la descentralización. «Los actores locales, como los gobiernos provinciales y municipales, están adquiriendo un papel crucial en la promoción del desarrollo inmobiliario», afirmó y agrego: «Estamos viendo un interés creciente en cómo pueden generar programas de vivienda para acceder a hogares de ingresos medios o altos».






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