Con el telón de fondo del debate sobre la privatización de los trenes, y 14 mil kilos de donaciones, que serán entregadas por pasajeros solidarios en Justo Daract y Villa Mercedes (en esta última ciudad puntana, el último tren pasó en 1993), el Tren Solidario de la revista Rieles hizo escala en Junín, en un marco muy emotivo.
La formación arribó a nuestra ciudad pasadas las 18 y estuvo por un lapso de aproximadamente una hora en la estación local, donde fue recibida por dirigentes ferroviarios –entre ellos el histórico Pedro Rodríguez, del Taller Ferroviario de Junín-, trabajadores y vecinos.
“Fue una buena oportunidad para hacer notar la importancia del ferrocarril. Como siempre lo hicimos, estuvimos allí para reforzar nuestra defensa a tan noble transporte”, expresó Pedro Rodríguez, en diálogo con Edición Noroeste.
A bordo de la formación viajan 250 pasajeros solidarios. En Junín también recibieron donaciones.
Una loable misión
Desde su inicio en abril de 2001, este tren de solidaridad ha recorrido más de 33.000 kilómetros y entregado más de 750 toneladas de alimentos, ropa, medicamentos, útiles escolares y juguetes a comunidades necesitadas en todo el país. Su misión trasciende la mera asistencia, buscando también concienciar sobre la importancia de revitalizar el sistema ferroviario de pasajeros en Argentina.
Con el respaldo de sindicatos ferroviarios como La Fraternidad, Unión Ferroviaria, Señaleros Ferroviarios, APDFA y UPSF, el Tren Solidario se erige como un símbolo de cooperación entre las distintas comunidades del país.
Este año, en su edición número 50, el foco se centra en Justo Daract y Villa Mercedes, ciudades con una rica historia ferroviaria y un profundo significado para quienes integran este proyecto. Especialmente notable es el caso de Villa Mercedes, que no ha visto pasar un tren de pasajeros desde hace más de tres décadas.
Edición Noroeste 
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