Gustavo Frederking, dirigente de Carbap y productor agropecuario de Junín, afirmó en una entrevista con Edición Noroeste que, “antes que productores rurales”, son «ciudadanos», por lo que inscribió los reclamos sectoriales en una realidad acuciante en el terreno económico y social. Sin embargo, reclamó más diálogo y consenso y no descuidar a la clase media argentina, que “tiene que ser el motor del desarrollo» del país.

-¿Va a liquidar el campo con un dólar “barato”?

-Va a haber diferentes casos de productores, es muy difícil generalizar. Recordemos que el año pasado no hubo cosecha prácticamente, o hubo muy poca. No hay espalda, digamos, y además hay deudas. La soja es el bien más preciado que tenemos, más en este país, con tantos vaivenes, con tantos cambios, entonces es en lo que más nos podemos respaldar. El productor va a ir vendiendo en la medida de las necesidades que tenga, a medida que vaya necesitando invertir. Muchas veces se cree, y es una creencia errada, que el productor no vende, quien puede ser que no liquida es el exportador.

-¿Cree que el gobierno debería tomar medidas diferentes para apoyar al sector?

-Sí, exacto. Por eso llaman la atención medidas como la del Banco Central, que nos discrimina, que es totalmente arbitraria, que para acceder a los créditos que hay existentes en el mercado nos obliga a vender soja y trigo, o nos dice que no podemos acopiar más del 5%, que básicamente nos obliga a vender. El campo es al único sector de la Argentina que lo obligan a vender; y está mal, y el productor lo peor que puede hacer es tolerarlo.

-¿El sector esperaba señales diferentes de este gobierno?

-Nosotros somos parte también de lo que es el país, antes que productores somos ciudadanos, por eso, primero tenemos que decir que entendemos lo que es la situación del país, que veníamos de un país totalmente devastado. En declaraciones públicas, Milei nos tildaba de héroes, por todo lo que habíamos soportado, que a pesar de toda la carga tributaria que tuvimos, seguimos adelante, pero nunca creí en esas declaraciones. A mí no me parece tildar a nadie de nada, somos un sector importante y nada más, como hay otros sectores; no hay que ponerse en un lugar distintivo, ni mucho menos. Él sí hablaba de un plan productivo, de quitarle la pata de la cabeza al productor, y hasta ahora lo que ha habido es el achicamiento de la brecha cambiaria, que sí era totalmente ridícula, asfixiante, antes teníamos una economía totalmente intervenida, que ahora de alguna forma se está des-interviniendo, pero después seguimos con retenciones, el impuesto país aumentó, entonces la verdad que sí, no ha habido muchas señales para el campo, pero entendemos como parte de los ciudadanos que hay ciertas cuestiones para el país que están bien, como bajar el gasto público, buscar no tener déficit.

-¿Se van a reunir en La Plata con Carbap para protestar por la suba impositiva?

-Sí, está previsto para el 24 de abril ir a hacer una reunión ahí, con legisladores, con los bloques, ojalá que podamos tenerla con todos los bloques de la oposición, oficialistas, para ir a manifestar, y más que manifestar, para tener diálogo. A mí eso de manifestar no es una palabra que me guste, a mí me gusta la palabra diálogo, pero diálogo en serio, no hablar por hablar, sino tratar de escucharnos y entender qué es lo que nos está pasando.

¿Cuál es el límite del ajuste? Porque la caída del consumo es alarmante.

-Es el gran tema, sí, que de alguna forma, a uno le viene a la mente lo que fue, si querés, el gobierno de Macri, cuando empezaron los aumentos de tarifas. Esto es más abrupto, es cierto. Y uno puede entender que el golpe, si es más fuerte, se puede salir más rápido, pero en el medio hay gente que no llega a fin de mes. Me preocupa muchísimo la situación, la gente está mal y te plantea diferentes situaciones, ‘no puedo cargar nafta’, ‘no puedo pagar la luz’. Ni hablar en la clase media, que tiene que ser el motor del crecimiento para el país.

-¿Qué lectura hacés del drama del paso bajo nivel?

-Es una obra que está arrancada. No puede quedar inconclusa, es una vergüenza que quede inconclusa. Hay que buscar los medios, arbitrar, porque es una obra fundamental para Junín. Cuando Milei dijo obra pública cero, entendimos que era para las obras nuevas, pero que las que estaban en marcha, iban a continuar. La Argentina tiene esas cosas de que no hay previsibilidad, no se respetan los contratos, de golpe viene un dirigente que, a veces, no entiende nada, y todo lo que se construyó, se corta de una, es una locura. Una vez lo escuché a Pepe Mujica hablando de la Argentina, decía, ‘no, los argentinos, si es por hablar, tienen mucha capacidad de hablar, pero no dialogan, no se escuchan’. Creo que el diálogo y el consenso son el único camino posible.

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