Por Franco Ruiz
Rodrigo Esponda, concejal de la Coalición Cívica en Juntos y dirigente rural, afirmó en una entrevista con el programa Zona Franca (FM Mestiza 101.7) que el ajuste económico que lleva a cabo el gobierno de Javier Milei era necesario, pero reclamó que recaiga con mayor peso en «los actores principales» y no en los sectores más vulnerables, como los jubilados.
-Prácticamente no hay un solo rubro en Junín en el cual digan que les está yendo bien, ¿cuál es su lectura del rumbo económico?
-Hay una situación de reacomodamiento muy difícil, siempre acomodarse en un ajuste es muy complejo. Pero no podemos omitir el contexto en el que estábamos viviendo. Hay mucha gente a la que le está costando muchísimo llegar a fin de mes. Pero reitero, no todo en la Argentina empezó el 10 de diciembre pasado. Venimos de una catástrofe económica, de un descalabro económico atroz. Sergio Massa dejó una inflación desopilante, increíble, sabiendo lo que estaba haciendo, nos iba cavando el pozo siempre hacia abajo. Y que después venga otro a solucionarlo. Y por supuesto que las fiestas hay que pagarlas. Lamentablemente, a mi entender, no las están pagando todos los que la deberían pagar.
-Pero a esa fiesta no fueron invitadas las mayorías. En todo caso, fue una fiesta para pocos, para los mismos de siempre, para el poder económico concentrado.
-Yo creo que hay mucha gente que estuvo invitada, porque estuvimos viviendo una realidad donde parecía que había un movimiento económico, pero no se generaba ningún desarrollo ni ningún crecimiento.
-Durante el gobierno anterior, se era pobre trabajando. Por eso me pregunto quiénes participaron de esa fiesta.
-Bueno, a eso me refiero. Sin embargo, nadie se quejaba.
-Muchos periodistas lo decíamos.
-No puedo creer que en la Argentina, trabajadores formales que se levantaban a las 7 de la mañana y volvían a las 7 de la tarde a su casa, después de viajar dos horas en colectivo, eran pobres trabajando y no hubo un solo paro. No hubo una sola protesta.
-Pese a la recesión, el Gobierno mantiene un apoyo popular importante.
-La gente que la está pasando mal está dispuesta a hacer un esfuerzo personal, si realmente las cosas van a cambiar. Y uno lo ve en la calle y lo palpa. A mí me parece fantástico, lo que digo es que el ajuste y el esfuerzo deberían ser compartidos por actores que, hoy, no están haciendo ningún ajuste. Uno de ellos, los laboratorios; otro, el juego; el sistema financiero. Entonces te dicen, ‘no, porque los bonos subieron’. Sí, pero la plata de los bonos no va a la producción, el trabajo, el desarrollo, se la prestan al Gobierno. La mayoría de los préstamos que salen de los bancos van al gobierno, no van al trabajo, a la inversión. Entonces, me parece que está bien el esfuerzo, que está bien ajustarse, que había que hacerlo, pero no son los actores principales los que están haciendo ese ajuste.
-Las exportaciones de carne crecieron exponencialmente, ¿cree que eso puede generar un derrame hacia abajo?
-Creo que la teoría del derrame no funciona en un pueblo que está tan empobrecido como el nuestro, porque no tenemos tiempo para esperar el derrame. Hay que atender un poco más la micro, es fundamental e imprescindible acomodar la macro, pero no podemos descuidar la micro, porque es la vida de todos los días de los argentinos.
-¿Cómo queda posicionada la Coalición Cívica –un espacio progresista- en este acercamiento de Juntos a La Libertad Avanza?
-Nosotros creemos en la libertad, creemos en la libertad de mercado, con libre competencia. Pero las reglas de juego tienen que ser parejas para todo el mundo. Por ejemplo, se abre la importación de carne de cerdo. Perfecto, compitamos contra los cerdos de Brasil, pero en igualdad de condiciones. Los cerdos de Brasil vienen con un dumping, porque están subvencionados y, además, tienen una hormona de crecimiento –que en la Argentina está prohibida-, que les permite desarrollar carne mucho más rápido que nosotros. Por lo tanto, es una competencia desleal.
-¿Cree que falta diálogo y consenso en el Gobierno nacional?
-Uno por derecha y otro por izquierda, pero tanto el kirchnerismo como La Libertad Avanza, o estás ciento por ciento de acuerdo conmigo o sos un golpista traidor. Son estrategias, la permanente generación de enemigos es una estrategia de gobierno.
-¿Hay una política anti-casta?
-Yo no la veo. Pero con eso ganó la elección. Por eso me parece que hay que sostener eso que te llevó al poder. En un momento donde estás haciendo cosas muy antipáticas, tenés que fidelizar eso que te llevó al poder. Pero yo no creo que la Legislatura sea una casta. De hecho, frenaron el aumento de retenciones al campo y siguen frenando aumentos de impuestos. Entonces, no son tan de la casta, pero bueno, es un relato y es una forma que la gente eligió.
-¿Es un nuevo estilo de gobernar el de Milei?
-A mí me parece que es una fórmula repetida ya, que tiene ciclos que van y vienen y que la gente se va cansando. Ojalá en algún momento encontremos un equilibrio y podamos estar de acuerdo en algunas cosas y en otras, no. La única salida para la Argentina es el consenso. Nada de lo que vos hagas en forma unilateral puede ser duradero, puede tener una base. Por ejemplo, ahora creo que hay un gran consenso en la Argentina en que hay que atacar la delincuencia y el narcotráfico en Rosario.
-Hay mucha polémica por el pago de las tasas e impuestos y el pésimo estado de los caminos rurales en Junín y la Región.
-Sí, los caminos rurales son un tema de hace muchísimos años. Y, sin lugar a duda, en estos ocho años de Pablo Petrecca, la situación ha mejorado, pero no está ni cerca de lo que uno ambicionaría o de lo que uno esperaría. Y los caminos rurales no son solamente cosecha, vacas y plata. Son educación, esparcimiento, seguridad, salud. Los caminos tienen que estar en condiciones para que el que vive en el campo pueda movilizarse, entrar y salir cuando lo desee, que la patrulla pueda pasar, que pueda llegar una ambulancia, que los pibes puedan ir a la escuela, porque todos hablan del arraigo y de la importancia de que la gente se quede en su lugar y que no se llenen los conurbanos, pero para que eso suceda tiene que haber infraestructura. Y esa infraestructura, hoy, falta en Junín y en la provincia de Buenos Aires. Tenemos 1400 kilómetros de caminos rurales y, en el mejor de los momentos, seis máquinas trabajando que, generalmente, son cuatro. Incluso hemos tenido dos en épocas de gobiernos anteriores, pero bueno, no hagamos revisionismo histórico. La solución está en mayor inversión, la solución está en que el dinero que se recauda para la red vial vaya a la red vial. Hoy en día, por ordenanza municipal, tenemos una afectación del 55%. Nosotros pretendíamos que sea del 60% y que el año que viene sea del 65% y que vaya incrementándose, porque entendemos que el dinero puede usarse para otras cosas, siempre y cuando la contraprestación del servicio sea completa y esté satisfecha.






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