«Los vecinos somos rehenes de la burocracia y la puja política», expresó el excandidato a intendente de Junín, de extracción vecinalista, en una entrevista con Edición Noroeste.
Por Franco Ruiz
-¿Cómo evalúa los primeros cien días del Gobierno de Milei?
-Hay mucha incertidumbre y ansiedad en toda la sociedad. Hay personas que, en su momento, han apoyado al actual presidente y ya están arrepentidos, se escucha decir mucho en las calles ‘el ajuste lo estamos pagando nosotros, no la casta como dijo durante la campaña’, y otros tantos que tienen esperanzas de que las cosas vayan a cambiar, que solo hay que darle más tiempo, y dicen: ‘La fiesta hay que pagarla’. Pero sí es una realidad, indiscutible, que la situación es muy compleja. Hasta –diría- desesperante para las pymes, el emprendedor, el empleado, las industrias, los comerciantes, etc., con excepción de un rubro que no está mal -y que nunca lo va a estar-: los políticos y expolíticos que estuvieron en funciones años anteriores. Es mi deseo que todo este sacrificio que hace el pueblo argentino tenga resultados positivos y volvamos a ser una gran nación, como en su momento lo fuimos.
-¿Cómo analiza la situación de Junín?
-Con respecto al ámbito local, la situación no escapa a la realidad del país. La actividad económica está paralizada.
-¿Qué opina de la parálisis de una obra central, como el paso bajo nivel de Rivadavia?
-El paso bajo nivel de Rivadavia empezó como la gran obra de los juninenses y terminó siendo un estorbo para toda la sociedad. Y ni te cuento para todos los comerciantes de Rivadavia; los destruyó. Ojalá se encuentre una solución urgente a esta problemática. Nación no puede mirar para otro lado y decir ‘no hay plata’, ‘no hay obras’, me parece que hay que estudiar cada caso y terminar las obras ya empezadas durante años anteriores, en los gobiernos de Macri y Fernández, porque si no, ocurre lo que nos suele pasar cada cuatro años, que es borrar de un plumazo lo que el gobierno anterior hizo y comenzar de cero. Y así sucesivamente, por eso se hace muy cuesta arriba progresar, no hay una continuidad y los que siempre pagan los platos rotos, somos nosotros, el pueblo. Diría, una vez más, que «los vecinos somos rehenes de la burocracia y la puja política».






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