Edición Noroeste

Mientras las gestiones de los funcionarios locales parecen naufragar en un mar de burocracia, ineficacia, desidia o desinterés, una de las alternativas que impulsa un grupo de vecinos es reabrir el tránsito por Belgrano. Las razones que esgrime el municipio.

Por Franco Ruiz

Un brumario rodea una de las principales obras de Junín: el paso bajo nivel de Rivadavia y las vías del tren, hoy, completamente paralizado. El proyecto condensa, con todo, los peores rasgos de la política vernácula, un opaco entramado de promesas, mezquindades, ineficiencia estatal y desamparo.

Sí, desamparo, porque más allá de la situación económica del país, los vecinos y comerciantes damnificados por el grave perjuicio económico, pero también por el caos de tránsito y las complicaciones para circular que generó la obra, estuvieron y están, solos.

El proyecto condensa, con todo, los peores rasgos de la política vernácula, un opaco entramado de promesas, mezquindades, ineficiencia estatal y desamparo.

Dicho de otro modo, ningún funcionario quiere asumir el costo político y, por eso, las explicaciones oficiales –sin distinción de banderías políticas e ideológicas- están prácticamente ausentes.

Los vecinos organizados juntaron casi mil firmas en un petitorio por la reapertura del tránsito, el cual será entregado al municipio. “Nos estamos fundiendo”, comentó a Edición Noroeste un comerciante de la zona, que sufrió la brusca caída de la clientela a partir del corte de la circulación vehicular.

“A mi entender, esto va a quedar paralizado. No obstante, algunos de los interesados, para bajar la intensidad del reclamo, le quisieron dar el tiempo que pidió Petrecca (Pablo, el intendente de Junín) -unos 60 días- para gestionar que se retome la obra”, afirmó una fuente vinculada al reclamo de los comerciantes.

“Un paso por Belgrano”

En su momento, un grupo de comerciantes planteó abrir un paso por Belgrano, una propuesta que no fue desestimada totalmente en su momento y que por estos días viene sumando voluntades.

El intendente Pablo Petrecca aseguró que golpeará todas las puertas necesarias para que la obra se reanude y desde La Libertad Avanza esbozaron una postura similar, bajo la promesa de gestionar ante Nación el reinicio de los trabajos. Pero, por el momento, son solo acciones declamativas, sin sustento material.

Sabe, el jefe comunal, que cualquier alternativa a la obra enterraría, quizás, para siempre, la posibilidad de que el proyecto se ejecute, con el riesgo de que la ciudad quede prácticamente incomunicada o, al menos, con serios trastornos. Por eso la opción de reabrir la circulación también aparece lejana en el horizonte del Ejecutivo comunal. No solo por las cuantiosas erogaciones que demandaría reabrir el tránsito en Rivadavia, sino también por eventuales litigios legales, sea con la empresa concesionaria de la obra, sea con el Gobierno nacional, ya que las vías pertenecen a la órbita del Estado Nacional y cualquier intromisión del municipio podría constituir una grave falta.

Cruces políticos

Juan Fiorini, concejal de Juntos, afirmó a Edición Noroeste: “El paso bajo nivel debería estar terminado, y que se licitó en 2020. En 2023, ya debería haberse terminado, pero por la misma situación económica que generó Massa, y por ineptitud, hoy tenemos este problema. Vamos a seguir golpeando puertas para buscar una solución. Personalmente creo que lo mejor es que la obra continúe y se termine, ya que será luego un beneficio para toda la ciudad”.

En la vereda de enfrente, un importante dirigente del Frente Renovador de Junín, expresó en diálogo con Edición Noroeste: “Después del accidente de Mario (Meoni), el municipio retrasó la obra todo lo que pudo. La frenó con la audiencia pública -es el único paso bajo nivel en el país que tiene audiencia pública-; el intendente tardó meses para ir firmando las autorizaciones que tenía que ir dando la municipalidad; se negó a recibir el puente peatonal, y de esto puede dar fe la empresa y la ADIF”.