La reconocida escritora oriunda de Junín Sylvia Iparraguirre presentó su nuevo libro, “La vida invisible”, ayer, en la Biblioteca Municipal, con muy buena convocatoria de público que se acercó para compartir una charla literaria, donde la autora repasó sus vivencias, ya que el libro consiste en una autobiografía literaria, escrita en un tono narrativo e intimista.
Así, una lectora (Sylvia) descubre, en la infancia, que puede vivir otra vida en los libros. Más intensa, pasional, que los demás ignoran. Lee de manera hipnótica a Cortázar, a Tolstói, a Bajtín, a Borges. Antes y después, dos grandes bibliotecas la apuntalan: la de su abuelo en Los Toldos y la que compartió con Abelardo Castillo, cuyo retrato se
convierte en amoroso recuerdo. A partir de un diario de lecturas, un álbum de poesía y su memoria personal, el pensamiento crítico de Sylvia Iparraguirre se revela en “La vida invisible” bajo una narrativa ávida y genuina.
Al comienzo de la presentación, la autora de «La tierra del fuego» expresó: “Para mí es un ritual presentar un libro en Junín, los libros terminan su etapa de presentación cuando lo presento en Junín; y viene siendo así desde mi primer libro”.
Y amplió: “Es un libro particular porque es a pedido, me llamaron de la editorial Ampersand, que se especializa en temas de libros, bibliotecas, historias de la edición de libros en la Argentina, y lanzaron esta colección que se llama ‘Lectores’, para lo cual convocaron a todos colegas excelentes. El formato tenía un límite, eran 110 ó 120
páginas. Cuando me lo propusieron me pareció fantástico; nada mejor para un escritor que hablar de los libros que te marcaron. Esto fue en 2016, llegué a casa y enseguida se lo comenté a Abelardo (Castillo, su compañero durante 45 años), me salieron como 40 páginas, así, de asociaciones, y después me empecé a dar cuenta que era un libro muy difícil de escribir, no podía ser una guía telefónica (me gustó este… y este…), porque es aburrido, entonces decidí dos cosas, que fuera narrativa –que no fuera académico, ni crítico-, y que fuera de corte autobiográco, empezar por mi familia, con las bibliotecas que me formaron, con el hecho de irme a Buenos Aires a los 18 años”.