El agua y
su blandura
que sabe horadar
la piedra más apretada
enseñan que el destino
es agua
y las certezas piedras.
Nosotros: entonces:
Piedras de agua.
Esperando el veredicto del sol.
Sin olvidar que:
Todos los cadáveres, alguna vez,
vinieron a ser .
Y fueron.
Entre ellos hay un par a los que extraño
hasta el insomnio.
Por suerte
Me encantó eso del par de cadáveres los que extraño. Y lo de somos piedras de agua. Un placer.
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